¿Alguna vez te has preguntado si eres feliz?
Benjamín Franklin decía que “La felicidad generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”. Nadie sabe cómo ser feliz. No hay fórmulas secretas o mágicas para conseguir la felicidad y si alguien te dice lo contrario, huye; seguramente está tratando de estafarte. Si seguimos pensando que la felicidad es una condición que llega brusca y notoriamente a nuestras vidas, sentiremos hasta el cansancio cómo ésta nos defrauda con su supuesta ausencia. Podríamos pensar que la vida que llevamos para nada nos permite ser felices, pocas veces nos ha dejado envolvernos en goce; no obstante, puede que esto sea solamente un error de percepción. Y para comprobarlo, las siguientes preguntas sirven como una pequeña prueba para saber si nos esforzamos lo suficiente o no.Si no, deja de llorar y acumular sentimientos negativos cuando no debes; es cierto que las deudas, proyectos y familia ahorcan, sofocan como pocas cosas en este universo, pero no te puedes centrar en ver las cosas mal y sufrir nada más. Busca las cosas que te hagan reír y sentirte bien, esas son las que van a cambiar tu perspectiva totalmente.
Tener metas y desearlas es distinto; puedes imaginar y anhelar cosas distintas, maravillosas, pero si no te las impones como un punto al cual llegar y trabajar por ello, no sirve de mucho. Si te sientas a esperar que las cosas sucedan, efectivamente, no serás la persona más feliz sobre la Tierra.
Sin hacer referencia a la codicia. Es necesario aprender a trabajar por metas más altas para ser feliz; contrario a lo que se piensa, imponerte retos de este tipo es más efectivo que el clásico “aprecia lo que tienes”. En todo caso, debería ser “aprecia lo que tienes y esfuérzate por conservarlo”.
Aunque el perfeccionismo lleva directamente al fracaso, un poco de exigencia en tus actos no está mal. Así demuestras a los demás y a ti de lo que eres capaz; que nadie te convenza de que ser perfeccionista es un defecto.
No importa si es mucho o poco, sino cuánto luchaste por ello. Ser feliz consiste en mirar al pasado y reconocer que, aun cuando sigas trabajando por ello, todo es fruto de tus desvelos, sacrificios e ingenios. Si no lo ves, nunca es tarde para poner manos a la obra.
Si bien los cambios a veces son pequeños, se necesita aceptarlos para ser feliz. Nada en esta vida es estático ni debe pretender serlo, mucho menos tú; no temas a las transformaciones y no entres en zonas de confort nunca. Ponte retos.
-Si contestaste que sí a la mayoría de estas preguntas ¡Felicidades!, vas por el camino correcto para ser feliz y quizá no te has dado cuenta. Te esfuerzas, te enorgulleces y te motivas; si acaso el truco está en dejarte agobiar por todo eso. Date respiros y momentos para disfrutar lo que haces. -En caso de que hayas contestado que no, es el tiempo justo para que hagas uno que otro cambio en tu vida. Busca crecer como persona y date la oportunidad de estar a gusto con el lugar que ocupas en el mundo. Recuerda que algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti misma, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
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